Aunque pocas personas conozcan la cultura china, son muchos los que conocen el pato a la naranja o el arroz cantonés. Con alegría, Gong Gang nos explica cómo, en China, la idea de lo hermoso se conjuga indisociablemente con la idea de lo bueno, en una asociación que puede parecer extraña al occidental. De este modo, la degustación del té implica unos valores particulares, de claridad y de limpidez, en función de una definición más amplia de los cinco sentidos. Para Paul Ariès, la reflexión es mucho más polémica: recordando el origen del buen gusto occidental, que en particular se expresa a través del arte culinario, el restaurante, nacido a principios del siglo XIX con personalidades como Brillat-Savarin, se alarma frente a la globalización, que corre el riesgo de marcar el final de esta cultura de la mesa. “¿Puede el buen gusto resolverse en la modernidad?". Un intercambio de puntos de vista que alegrará a los amantes de los placeres de la boca.
Fecha de publicación: 1999