"El destino ha querido que, a partir de un determinado momento de mi vida, me haya convertido en portador de dos lenguas, la china y la francesa. ¿Se deberá acaso al destino? ¿O entra aquí una parte de voluntad deliberada? Resulta que he tratado de aceptar el desafío asumiendo, a mi manera, los dos idiomas, hasta sacar consecuencias extremas. Dos idiomas complejos, que comúnmente calificamos de “grandes”, cargados como están de historia y de cultura. Y sobre todo, dos idiomas de una naturaleza tan diferente que entre ellos existe la mayor diferencia que podamos imaginar.
Nada nos sorprende entonces que desde entonces, en el corazón de mi aventura lingüística orientada hacia el amor por un idioma adoptado, reine un tema principal: el diálogo...”
F.C.
Fecha de publicación: 2002